viernes, 21 de septiembre de 2012



DISEÑO CURRICULAR PARA EDUCACION INTERCULTURAL


1. Introducción
2. Desarrollo
3. Conclusiones
4. Bibliografía

INTRODUCCIÓN
Pensar sobre educación intercultural es reflexionar sobre la educación, sobre la cultura, sobre la diversidad, sobre la integración.
La educación intercultural es la educación centrada en la diferencia y pluralidad cultural más que una educación para los que son culturalmente diferentes. Los hombres y las mujeres de otras culturas son seres humanos, personas con las que construiremos una sociedad distinta y nueva.  Bajo un principio educativo para el vivir bien
El diseño curricular para la  Educación    en  el  estado  plurinacional  debe   ser  descolonizadora, comunitaria, Productiva, revolucionaria, antiimperialista, intra–intercultural y plurilingüe en todo el sistema educativo.

DESARROLLO

Una Educación intracultural, intercultural y plurilingüe, que articula el Sistema Educativo Plurinacional desde el potenciamiento de los saberes, conocimientos, tecnologías ancestrales e los idiomas propias de las naciones y pueblos indígena originario campesinos con las comunidades interculturales y afrobolivianas, promoviendo la interrelación y convivencia en igualdad de oportunidades. Es decir, la valoración y conocimiento de los saberes, prácticas y estructuras simbólicas de las culturas indígenas para garantizar una interculturalidad sin asimetrías de conocimiento y poder. Es importante tomar como base de la educación la identidad para un diseño curricular que nos conduzca  a lograr el objetivo. Bajo las políticas educacionales del estado plurinacional  de Bolivia el Vivir Bien es el proceso de restablecer el equilibrio de intereses sociales, la reciprocidad y armonía del hombre con la naturaleza, con el cosmos vivo y la redistribución económica. En este contexto, las poblaciones en su conjunto deben participar activamente en el proceso de mejoramiento del modo de vida, bajo el enfoque de las gestiones colectivas o comunitarias económicas para Vivir Bien; aprovechando de manera sostenible y equilibrada los recursos renovables y no renovables que poseen en el espacio que ocupan, tal como se plantea en el Plan Nacional de Desarrollo para “la construcción cultural en el campo de la investigación en distintos grados y niveles de educación vinculada a la región–comunidad, a la producción y a la identidad cultural, respondiendo a las necesidades y vocaciones productivas locales, a las demandas de formación técnica y tecnológica de la nueva matriz productiva que impulse el desarrollo económico del país, incorporando en este proceso los avances de la ciencia y tecnología Con los conocimientos y saberes originarios, a través de la investigación en todo el territorio nacional”.
La educación deberá dejar de ser solamente un bien de consumo, para convertirse en un bien de producción; para ello, desde la educación primaria, secundaria hasta los institutos de formación profesional instituirán con la visión de una educación de aprendizaje productivo que es un modelo integral de redes de conocimientos teóricos y prácticos, puesto que todos interactúan en el proceso, con la elección, el diseño, la experimentación y la evaluación de actividades dentro de los procesos productivos (insumo, transformación, producto y comercio justo) tomando en cuenta la reciprocidad con la Madre Tierra, valores de aprendizaje en una visión de país que supere los principios del colonialismo y neoliberalismo. La educación productiva debe estar relacionada con la sociedad, insertándose en un contexto sociocultural, económico y político. Por ello, la educación productiva, por ser dinámica, propicia la participación y el incentivo al trabajo. Esto no es otra cosa que emprender una política curricular que esté planteada a partir de las demandas laborales, de las necesidades socioeconómicas productivas de las comunidades, recuperando los saberes, conocimientos y tecnologías ancestrales para formar profesionales técnicos con la visión productiva y no así sólo consumidores. Además, la educación productiva deberá tomar en cuenta no sólo la producción, sino también la distribución y consumo interno a través de la cadena valor–transformación de productos para poder comercializar de manera efectiva los productos industrializados.
En este proceso democrático todos deben  participar. La atención a la diversidad no debe de excluir a nadie, todos deben de tener voz y voto en la creación y recreación de la cultura, por tanto, en el currículo que la explicita. No habrá interculturalidad ni inclusión hasta que los grupos y personas marginadas de esta participación puedan tomar parte en la toma de decisiones y en la transformación social y educativa que conllevan enfoques ideológicos como el intercultural e inclusivo (Oliver, 1998).

CONCLUSIONES

La educación intercultural es definida como un modelo educativo que busca fomentar el enriquecimiento cultural de los ciudadanos, partiendo del reconocimiento y respeto a la diversidad, a través del intercambio y el diálogo, que tienen por finalidad la participación activa y crítica en aras a cimentar el desarrollo de una sociedad democrática basada en la igualdad, la tolerancia y la solidaridad.
Esta claro que nuestro diseño curricular con identidad nos conlleve  a una Bolivia productiva sociocomunitaria, incorporando los conocimientos pluriculturales del pueblo boliviano, al igual que los conocimientos actualizados del saber latinoamericano y mundial, para superar las contradicciones, los problemas de la discriminación racial, social, cultural, religiosa, lingüística, económica, inconsistencias y desigualdades propias de la sociedad capitalista y rechazo de todo tipo de imperialismo y fascismo a través del acceso y permanencia de todos los bolivianos y bolivianas al Sistema Educativo en igualdad de oportunidades, condiciones y capacidades.

BIBLIOGRAFIA
Viceministerio de educación superior
Rafael Sáez Alonso Profesor Titular de la Facultad de Educación Universidad Complutense de Madrid
http.wwweducar/org/artículos/educacionintercultural.asp



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